jueves, 14 de septiembre de 2017

Cuando la esperanza está en las manos...

Hoy tampoco se duerme en Cuba, tal como cuando el peligroso y "supergrande" huracán Irma decidió amenazarnos y pegarse a la costa norte de la Isla. No hay punto de la geografía insular enel que escobas, sierras, azadones, rastrillos, camiones, martillos, clavos y cuanta herramienta exista para arreglar alguna cosa rota.

En medio de las tensiones ayudó mucho que, luego de meses de espera y largas colas para hacer los contratos, se vendiera de manera liberada el gas licuado, las populares "balitas", porque las afectaciones del servicio eléctrico esculpieron la oscuridad que cubre alma y vida ante ciclones como Irma, calificado por los expertos como el más potente de los formados en la cuenca del Atlántico.
Este miércoles por la ciudad capital, la mañana despertó con uniformes escolares, mientras los trabajadores, en los lugares menos perjudicados, regalaban una imagen prácticamente igual a la que había antes del paso del fuerte evento hidrometeorológico. La fase de recuperación, desde la noche del domingo último, desató -mantiene- un hormiguero humano por doquier para levantar la vida que la furia de Irma nos quiso quitar.
La agricultura -uno de los sectores más golpeados por los vientos-  puso en práctica el programa de siembra de productos de ciclo corto, como yuca, boniato, maíz y calabaza para garantizar la alimentación en los meses siguientes, al tiempo que impulsa hortalizas como tomate, lechuga, pepino, col y pimiento.
Los mayores daños ocasionados por el huracán Irma a la provincia se localizan en el municipio de Jesús Menéndez, donde fueron afectadas mil 75 hectáreas de plátano, y de estas 550 resultaron devastadas, aunque también el impacto de los vientos y la lluvia deterioraron a 600 hectáreas de boniato y 143 de yuca, señala una información del colega Róger Aguilera, de la ACN.
En cualquier sitio el laboreo de mujeres, hombres, jóvenes y niños, junto a los consejos de defensa, las organizaciones de masas y las máximas direcciones políticas y gubernamentales, salvan el terruño y defienden el mañana. Las Tunas no es diferente de sus provincias hermanas.

En Cuba, si por estos días un nombre propio de mujer, Irma, de seguro fue el más nombrado, apenas 72 horas después las manos cobijan la esperanza... y, justo ahí, las malévolas fuerzas del horrendo ciclón, se desvanecen, y la Isla y el Balcón de Oriente volverán a tener el verde hermoso que adorna sus valles y montañas. La unidad es el don de esta confianza.

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