lunes, 28 de noviembre de 2016

“Uno nunca espera la muerte de Fidel”

Un hombre vestido de civil, se detiene frente a la foto de Fidel en la cima del Pico Turquino, y lo saluda en posición marcial. Supongo que debe tener más de 70 años y que en algún momento fue militar. Luego sus movimientos son menos marciales y deposita una flor frente a la imagen del líder de la Revolución Cubana. Sus ojos se llenan de humedad.
Aunque quisiera darle espacio y tiempo para sus sentimientos termino abordándolo a la salida del Memorial Vicente García, donde el pueblo de Las Tunas ha venido ha decir un "Hasta la Victoria Siempre" al líder histórico de la Revolución Cubana. Supe entonces que su nombre es José Espinosa Rodríguez y que conoció a Fidel en marzo de 1958, cuando se unió al Ejército Rebelde, en la Sierra Maestra y estuvo en la Columna 1 José Martí, la del Comandante en Jefe.

Pepe, como lo conocen en el barrio recuerda: "Regularmente visitaba mi escuadra y conversaba con nosotros sobre la situación de la guerra, cuáles eran nuestras preocupaciones, cómo iban desencadenándose los acontecimientos, qué iba a pasar en Cuba cuando venciéramos".
Espinosa Rodríguez fue uno de los fundadores del IV Frente Oriental Simón Bolívar, que operó en el triángulo que conforman las ciudades de Holguín, Bayamo y Las Tunas. Bajó al llano como integrante de la columna 12, al mando de Lalo Sardiñas.
Si antes esas memorias las consideraba como un tesoro, al combatiente ahora le cuesta desprenderse de ellas. "Este es un momento muy doloroso. Sabíamos de su enfermedad, de su edad, pero uno nunca espera la muerte de Fidel", dice.

Pepe prefiere conservar vivo el recuerdo de un hombre muy capaz, de extraordinaria inteligencia y humanismo, que lo sabía todo e inspiraba gran confianza.

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