viernes, 16 de agosto de 2013

Los desafíos de la próxima zafra

En el azúcar la cuestión radica, ante todo, en cumplir el plan de la zafra y si hay incrementos todo será mucho mejor. La próxima molienda necesita "ponerse en pie" y vencer los obstáculos que impidieron en la pasada ir más allá del 89%.
A la hora del análisis integral, opinan los especialistas del Grupo Azucarero (Azcuba), hay tres elementos que pesaron en el crudo dejado de fabricar: deficiente planificación, mala organización en el sistema y falta de seguimiento en la etapa de reparaciones.

Las direcciones de los centrales azucareros y las de plantas industriales en empresas definitorias de Las Tunas y Granma —por citar dos ejemplos— tienen, ante sí, el reto de perfeccionar su trabajo y que durante el proceso de "todo listo", las cosas se hagan como declaran en la fase preparatoria.
Ubicada en los meses más favorables para su desarrollo, esta producción, aunque mantuvo la calidad de su azúcar, no puede darse el lujo de perder en la industria más del 20 % del tiempo. Desde ahora hasta lo que resta para el pitazo inicial, es urgente asegurar estabilidad en la dirección, elevar la calificación del personal, incluidos jefes de colectivos, mecánicos y operadores, para acabar con el manejo improvisado de la maquinaria y las "heridas" que esto abre en la eficiencia.
Por el trabajo agrícola y las medidas adoptadas, la caña debe continuar su ascenso y, por lógica, la industria prepararse para recibir y procesar ese aumento con un bajo índice de roturas e interrupciones operativas
Si esto se garantiza habrá un sustancial avance en la disciplina y en el cumplimiento de la política de mantenimiento en equipos ya con varias décadas de explotación, y que requieren preferencia.
Dentro de muy poco el alistamiento de los ingenios tomará su mayor intensidad y solo el rigor y la exigencia en el calendario de arrancada, harán posible revertir la situación de los últimos años, dejar atrás los incumplimientos e iniciar una nueva y más prometedora etapa.
Con reiteración centrales y provincias anunciaron en la campaña 2012-2013 tener listos los recursos que hacían falta para un puntual comienzo, pero después, salvo excepciones, estos no llegaron a tiempo y las justificaciones sobraron.
En estas reparaciones, según afirman los azucareros y sus cuadros, se perfilan los mecanismos capaces de agilizar la transportación y entrega en la base de los suministros planificados para cada central. Las Tunas, Holguín y Granma son de los territorios obligados a buscar, desde temprano, las causas de las entidades encargadas de los atrasos en el trasiego, para que el costoso balance de la zafra anterior, no se repita.
En este programa faltó conciliación y seguimiento entre las empresas, unidades, y las sucursales de la Empresa de Logística, Azumat, encargadas de la distribución y transportación de materiales.
La demora mayor se localizó en insumos claves como las chumaceras de bronce, a lo cual se sumó la pobre calidad de la fundición realizada en el central Antonio Guiteras, caracterizado por su alto nivel productivo nacional y el máximo portador azucarero de Las Tunas.
El país requiere moler la caña estimada, y que cumplir el plan y la eficiencia en los centrales influyentes por su norma potencial, sean la regla, no la excepción.
En la zafra, lo afirman los azucareros más experimentados, no hay tarea pequeña, todos los puestos son claves.

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