Pudiera relatar ahora mismo el sentimiento patrio que gritó
en Yara, bajo el mando del hacendado Carlos Manuel de Céspedes, al liberar a
sus esclavos en su modesto y endeudado ingenio La Demajagua. Era el primer
toque de patriotismo por la independencia de Cuba contra el dominio español.
Una guerra que marcó los anales de la historia y sembró, hasta hoy, esa
pertenencia hermosa a la tierra que dignifica a los mambises y a todo un pueblo
decidido a morir por ser libre.
Sin embargo, aunque el hecho histórico terminó una década
después y de ahí tomó su nombre, la Guerra de los Diez Años, soy de las que
creo que no es un recuerdo ni una evidencia en los libros de textos. Acuño, a
cambio, que esa rebeldía contra el opresor, ese coraje de pelear por lo que
sentimos justo y esa eternidad de apostar por lo hermoso de los sueños y la
virtud del hombre, en medio de las más difíciles circunstancias, se multiplica
en el tiempo.
Ejemplos para este 10 de Octubre del 2016 tengo muchísimos
para demostrar, enhorabuena, que no es un compromiso formal retomar los versos
de José Martí, inspirados en la esencia del combate. Se me antoja un homenaje
vivo a nuestros héroes la labor que, ahora mismo, están haciendo nuestros 38
médicos de la brigada Henry Reeve en Haití, luego del paso del huracán Matthew,
por ese país hermano.
O las proezas que ocurren en Guantánamo, principalmente en
Baracoa, Maisí, Imías, Moa y cuantos rinconcitos del Archipiélago sufrieron
daños por los horribles vientos destructores de ese ciclón. O todos los cientos
de trabajadores que se mantienen hoy -no laborable-, en sus centros de trabajo
para mantener abiertos los servicios esenciales, la asistencia médica, las
instalaciones de recreo, los programas culturales, el transporte público... en
fin, para que la vida fluya y quienes descansan puedan hacer sus gestiones
imprescindibles o emergentes.
Nada mejor para el Padre de la Patria, Carlos Manuel de
Céspedes, el iniciador de una lucha que no terminó exactamente con el Pacto del
Zanjón, pues el General Antonio Maceo gestó la Protesta de Baraguá y siguió en
pie de lucha el ideal de la Patria.
Las causas de esa valentía y ese resplandor que comenzó con
el Grito de Yara quiere la vida y la historia que justo este 10 de Octubre tenga
la misma esencia: estamos en combate y, precisamente, en el oriente cubano,
donde se gestó la cubanía y la identidad, donde se cantó por primera vez el
Himno Nacional, vuela el tocororo y crece la mariposa, nuestros símbolos
nacionales.
Aquí en Oriente, ya libres y sin amo, se gana la guerra a la
furia del huracán Matthew para levantar un pueblo nuevo, más feliz y fuerte.
Una convergencia histórica que es otra carga al machete y la vida de los versos
de José Martí:
Del ancho Cauto a la Escambraica sierra,
Ruge el cañón, y al bélico estampido,
El bárbaro opresor, estremecido,
Gime, solloza y tímido se aterra.
(Fragmento del poema 10 de Octubre).
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