lunes, 28 de noviembre de 2016

Sentido homenaje a Fidel

De las tantas veces que la Patria nos ha convocado, la de ahora se inscribe entre las más significativas, porque se corona de grandeza y se eleva a las cumbres para ratificarle a Fidel: ¡Hasta la victoria siempre, Comandante!
Muchos lloran la partida física del Líder Histórico de la Revolución cubana, pero generalmente el pueblo se sobrepone al dolor compartido para reafirmar la convicción de que no dejarán morir sus ideas y su obra, tanto para Cuba como para el resto de los pueblos sufridos del mundo.

La fuerza de la verdad se erige sobre el pedestal de la invencibilidad y como un símbolo hace que nadie hable en pasado de Fidel, sino que lo hacen en presente para extender en el tiempo a su legado, como su propia visión de futuro.
Hoy en Las Tunas como en el resto del país, el pueblo confirma la lealtad al Comandante, al homenajearlo con el paso solemne por los lugares habilitados en los ocho municipios para el tributo.
Cuando entré al Memorial Vicente García González, lugar de tantos honores en la ciudad capital, me sentí pequeño ante el gigante que tenía al frente en la emblemática foto de guerrillero invicto, del tiempo de guerrillero en la Sierra Maestra, en la cual se forjó el Ejército Rebelde que con la guía de él derrocó a la tiranía de Batista, el primero de enero de 1959.
Mi flor roja se integró a las depositadas con amor, sinceridad y patriotismo por dirigentes, compañeros de miles de batallas y la nueva generación, que en un todo mezclado decían lo mucho que nos corresponde hacer para que no muera el legado dejado con su gigantesca obra para todos y el bien de todos.

La firma del libro para acuñar la perdurabilidad de su concepto de Revolución sellaba el compromiso con el Líder invencible y con la decisión de contribuir a la fortaleza de la Patria.

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