Melissa Ortiz Hernández no pudo
hablar, un puñado de lágrimas corría por su rostro de pionera. No hace falta
-le dije- hay hechos e imágenes que comunican más que mil palabras. Solo tiene
10 años de edad, pero sus mejillas enrojecidas vislumbran claramente el dolor
por la muerte física de Fidel.
Como ella miles de majibacoenses,
en 54 lugares convertidos en sitiales de honor, han rendido tributo al
Comandante en Jefe. Así lo constaté este lunes en Calixto, cabecera municipal.
Hasta la casa de la cultura Eusebio Valera y el museo Francisco Vega llegaron
para homenajearlo estudiantes, dirigentes, combatientes, trabajadores y pueblo,
en general.
La Lupe, del Comandante Juan
Almeida y otras canciones patrióticas aumentan el simbolismo. Ofrendas florales
y cuadros de Fidel acompañan cada momento. Ante un cuadro con su concepto de
Revolución, llegan sus hijos a depositar flores y firmar el libro de
condolencias. Muchos sostienen el llanto, todos la convicción de mantener su
legado.
"Lo que somos y lo que
tenemos se lo debemos a Fidel. Por eso hacemos el compromiso de defender sus
ideas y valores en las presentes y futuras generaciones", dijo Oscar Pérez
Leyva, secretario del Partido en el municipio. Otros como la pionera Alienny
García Galván, de solo tercer grado, le declaman poemas. Entonces veo a Fidel
más vivo que nunca, como las partículas del ave Fénix, sus ideas renacen en los
cuerpos de todos los revolucionarios.
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