Las Tunas: El incremento de la
temperatura media anual entre 1,6 y 2,5 grados Celsius al cierre del actual
siglo XXI, es una de las probables consecuencias que tendrá en la provincia de
Las Tunas el proceso conocido como cambio climático.
Aprender a vivir con el fenómeno
es uno de los retos de los tuneros, quienes ya sienten las secuelas de esa
situación, sobre todo en las zonas costeras, donde se reporta un considerable
aumento del nivel del mar, especialmente en zonas bajas como Guayabal,
Cascarero, La Herradura y Los Pinos de Manatí.
En Las Tunas, los efectos del
cambio climático también se aprecian en el aumento de la radiación solar, la
extensión de la escasez de precipitaciones a los municipios del sur y el
recrudecimiento de la sequía, al extremo de ser la provincia más desértica del
país.
Aunque las consecuencias adversas
del clima podrían ser más evidentes dentro de algunas décadas, cobra especial
protagonismo el hombre, causante de los problemas; pero, el único capaz de
actuar por reducirlos y evitar los desastres naturales en los recursos
hídricos, las zonas costeras, la agricultura, biodiversidad y la salud humana.
La sociedad tunera tiene que
adaptarse para sobrevivir al impacto del cambio climático y en eso es
determinante la explotación racional de los recursos naturales, especialmente
el agua, y el aumento de la reforestación, el cuidado de los suelos y la
protección de los litorales.
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