Las Tunas: Desde hace varios años
el central Amancio Rodríguez se mantiene en la nómina de los más críticos de
Cuba, debido a su pobre desempeño en lo que ha molida, eficiencia y producción
de azúcar se refiere.
Incómoda posición de la que sus
trabajadores esperan salir en la próxima zafra, a partir de la ejecución de un
plan de reparaciones e inversiones que clasifica como el más integral de los
allí practicados en los últimos tiempos, y de otras medidas relacionadas con la
capacitación de la fuerza laboral.
Hay que admitir sin embargo, que
las labores de mantenimiento que se ejecutan en la industria precisan de mayor
esfuerzo ante el poco tiempo disponible y lo mucho que reste por hacer.
Para el ingeniero Gabriel Soliva
Silva, jefe de mantenimiento de la industria, "la situación está como para
no pegar los ojos durante los días que quedan de noviembre".
En esta carrera contra el tiempo
los obreros y quienes los conducen pueden imponerse, pero para eso
necesariamente tienen que dejar a un lado el reloj, convertir los sábados y
domingos en jornadas normales de trabajo y recibir de inmediato los recursos
pendientes.
Las opiniones autorizadas
consideran que con los aseguramientos presentes en la obra, la ejecución del
plan de reparaciones puede saltar del actual 78 por ciento a más del 88.
Y no es que en la fábrica haya
faltado esfuerzo y dedicación. "Lo que sucede es que estamos enfrentando
un programa fuera de serie, pues en algunas áreas, como la de generación de
vapor, pasó de un simple mantenimiento a la caldera retal número cuatro a una
inversión, en el sentido más amplio de la palabra", argumenta Soliva.
"Algo parecido –dice- nos
ocurrió allá arriba, en fabricación, donde no se previó realizar nada en los
condensadores, y sin embargo tuvimos que reparar, debido al notable deterioro
que presentaban".
No obstante a lo mucho que resta
por hacer, sobre todo en la remodelación capital que se lleva a cabo en el
cuarto vaso del Cuádruple Honolulo, en las calderas y los molinos, así como a
la preocupación por la demora en llegar de chumaceras, placas inferiores de los
molinos, tuberías y bombas de diferentes diámetros y tamaño, entre los
trabajadores y directivos prevalece un ambiente de optimismo y de seguridad.
"Así mismo es y, ¿sabes por
qué?; porque al ingenio se le están haciendo cosas en lugares que no se tocaban
desde hacía muchísimos años, porque todo el mundo está puesto para esto, por la
calidad de los trabajos y porque se ha tenido en cuenta las opiniones de
nosotros, los obreros", reconoce Pablo Pool Ramos, mecánico de molinos.
Lo cierto es que el central
Amancio Rodríguez se está preparando como en años no lo hacía, y que cada
trabajo y objeto de obra que concluye, sienta la base para los resultados
superiores que sus obreros se proponen alcanzar en la zafra 2014-2015, que aquí
debe comenzar en los primeros días de diciembre.
El cumplimiento de la zafra chica
y posteriormente del plan de producción de la campaña, marcaría de hecho un
cambio de rumbo de la centenaria industria, incluida hasta hoy entre las más
críticas del país.
Tal es el gran reto que tienen
ante sí los trabajadores del azúcar, en el más sureño de los municipios de
tuneros.
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