El proyecto comunitario Por
nosotros mismos, nacido del concepto de Revolución expresado por el Líder
cubano Fidel Castro Ruz, encuentra su materialización en el quehacer cotidiano
de las comunidades tuneras
Nada resulta tan singularmente
propio para el cubano tradicional como ese pedazo de tierra donde han calado
hondo sus raíces. Y es que para un campesino no existe algo más gratificante
que la arboleda plantada en su patio para cobijarle del calor, un jarro de café
humeante; el sudor de la camisa ante un surco terminado...
Allí, conocen del aire puro al
amparo del guano y la madera, las noches de parranda a la vera del quinqué, de
la compañía del sol ardiente por los senderos. Pueblo de hombres tan fuertes
como sus mujeres, en espíritu y labranza, dueños del carbón, la agricultura, la
producción.
En las comunidades rurales
descansa el pasado heroico de una historia rebelde y revolucionaria. Con el
triunfo de aquel enero de 1959, a estas márgenes de la geografía le crecieron
cooperativas, comercio, servicios de Salud Pública y escuelas.
Hace poco más de un año, se fue
colando en la cotidianeidad campestre tunera un proyecto renovador con miras de
futuro. Por nosotros mismos llegó con un incentivo de rescate. En poco tiempo
se afianzó el grupo de trabajo comunitario y logró hacer valedero el objetivo
de entender que el barrio no es solo el entorno donde se vive, sino la primera
trinchera de defensa del socialismo, la solidaridad, participación y rescate de
la identidad local.
El primer paso fue revelar el
banco de esos problemas comunitarios que habían mellado la conciencia social. A
partir de entonces, el avance no se hizo esperar. Fue posible la recuperación
de los terrenos deportivos, los parques infantiles y espacios públicos, el
trabajo de las organizaciones de masas; como fundamento del logro: más del 95
por ciento de los planteamientos encontraron respuesta en el amparo
comunitario.
La producción marcó un nuevo
ritmo con el incremento de patios de referencia de la Agricultura Urbana y
Suburbana. El empeño de las cooperativas locales ha favorecido la recuperación
de los viales y en medio del movimiento social generado: la investigación de la
historia de cada comunidad, el trabajo con el talento cultural y deportivo
desde edades tempranas.
Las Salas de Televisión
constituyen -donde fueron enclavadas- la única conexión de sus habitantes con
la electricidad. Entre sus paredes se fomentan proyectos culturales,
programaciones especiales y charlas educativas para que no falte el derecho de
conocer más y disfrutar.
Si algo en especial encontró esta
iniciativa provincial entre los terraplenes del campo tunero es el empuje con
el que a diario vive y trabaja su gente. Y es que de eso se trata, de lograr un
retorno definitivo y necesario a las regiones más importantes de la provincia,
a sus habitantes sacrificados con necesidades latentes, a las raíces de la
economía y la cultura tunera.
Cada quien guarda en su historia
personal un poquito de arrojo y entrega incondicional a esta tierra. "El
programa demuestra que debemos alcanzar acciones concretas -explica Rodolfo
Torres, coordinador del Proyecto en la provincia- dirigidas a transformar el barrio
entre todos los vecinos."
"Vivan como una familia
-incentivó cierta vez el primer Secretario del Partido en Las Tunas, Ariel
Santana Santiesteban- con la preocupación permanente de qué le pasa al vecino,
en qué podemos ayudar, cómo podemos mejorar... Por nosotros mismos es la
voluntad, la entrega, el humanismo. La unión de los comunitarios en la búsqueda
de soluciones a sus problemas locales ya es una victoria".
No hay comentarios:
Publicar un comentario