En Las Tunas predomina un clima
que invita a no perder un minuto en el empeño por lograr molidas promedio del
80 por ciento y más del 90 de aprovechamiento del rendimiento potencial cañero,
hoy por hoy la mayor urgencia de la campaña, pues el central que no logre esos
objetivos estará condenado a incumplir el plan de azúcar o asistir a un final
de operaciones difícil y costoso.
Es cierto que faltan recursos
para garantizar la tarea de corte, alza y tiro de la caña, pero también es
cierto que el parque de equipos disponibles no se aprovecha en algunos lugares.
Ante esa realidad, corresponde a
los directivos revisar los mecanismos del sistema para ver cuánto más se puede
hacer con lo que se tiene, mediante el aprovechamiento óptimo de la jornada,
superior organización y mayor control y exigencia.
Si hasta ahora los números de la
zafra no son buenos, existe la certeza de que por esas vías los guarismos
pueden mejorar, incluso en Antonio Guiteras y Majibacoa, ingenios que mejor
defienden la zafra, al registrar molida promedio del 76 y 73 por ciento,
respectivamente, en lo que va de febrero.
De lo que se trata es de recibir
a marzo, penúltimo mes de la etapa plena de zafra, con una agroindustria mucho
más competente para responder al reto de las altas molidas, buena eficiencia y
elevada producción de azúcar.
"Por lo demás, ningún
central en Las Tunas detendrá su maquinaria, mientras quede caña por moler de
las estimadas para la zafra y la eficiencia y los costos de producción lo
justifiquen", hizo constar Julio García Pedraza, director de la Empresa
Azucarera.
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