jueves, 19 de noviembre de 2015

Causa la sequía una disminución en la producción de azúcar de Las Tunas

La cosecha de la caña de azúcar ha resistido los meses de sequías, pero con pobres rendimientos, pues este es un cultivo que necesita mucha humedad para crecer, sobre todo en los primeros meses después de plantado.
La escasa ocurrencia de lluvias este año impacta al sector azucarero causando una disminución de hasta un 11 por ciento menos en la producción de azúcar de la venidera zafra, en relación con la contienda 2014-2015.

El jefe de atención a productores cañeros en Las Tunas, Danilo Infante, explicó que según los estimados se dejarán de plantar alrededor de 500 caballerías que estaban contempladas en el plan anual, el más ambicioso de los últimos tiempos, pero que marcan la intención de cerrar el fondo de caña del territorio en el año 2018.
Para tener una mejor idea, los productores cañeros de la provincia podrán llegar en el mes de diciembre a unas 17 mil hectáreas de caña, pero no a las necesarias para cumplir con los compromisos de la campaña.
En las plantaciones de la gramínea la falta de lluvias se ha hecho notar, pues de los campos sembrados en la etapa de primavera muchos se perdieron, mientras que otros mermaron sus rendimientos como consecuencia de la falta humedad en los suelos. Así mismo sucederá con los cultivados en la campaña de frío, pues los retoños no alcanzan una buena germinación.
En la cosecha anterior la producción de azúcar se sobrecumplió con la elaboración de unas 204 mil toneladas de azúcar a pesar de que en el 2014 tampoco se cumplió con el plan de siembra planificado, sin embargo la industria no logró el rendimiento que se esperaban como consecuencia de las dificultades en las operaciones fabriles.
Estos datos evidencian la imperativa de elevar la eficiencia de los centrales en la elaboración del crudo y de esta manera sacarle el máximo de azúcar a la caña.
El azúcar es parte de las exportaciones más importantes en Las Tunas y uno de los productos más atractivos cuando el país negocia acuerdos comerciales, ante esta responsabilidad de asegurar el futuro económico de este importante renglón se impone poner en práctica medidas de recuperación objetivas que garanticen las proyecciones de la provincia de duplicar la caña molible, y cerrar el 2018 con más de 94 700 hectáreas cubiertas de la gramínea, superficie equivalente al 93 por ciento del fondo de tierra con que cuenta el sector.
Otra de las medidas para la recuperación cañera está en uso eficiente de los sistemas de riego, actividad que no marcha bien en la provincia por los repetidos atrasos en las inversiones, y la falta de equipos como retocabadoras y grúas.

El detrimento en la producción cañera este año en Las Tunas afectará sin dudas los ingresos de los recursos humanos del sector desde los que trabajan en los centrales azucareros, hasta los que se encargan de cultivar la caña.

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