Por José Armando Fernández Salazar
Las Tunas, La
creación de áreas experimentales demostrativas en fincas agrícolas y el laboreo
en ecosistemas protegidos, constituyen una muestra del impacto en Las Tunas, de
un programa que desarrolla Cuba para contrarrestar la desertificación y la baja
productividad de los suelos.
Más de seis mil 800 hectáreas, de nueve mil previstas para
2013, han sido beneficiadas con medidas de mejoramiento, entre ellas barreras
contra pendientes, drenajes, acciones de reforestación, nivelación del terreno
y enmiendas con materiales naturales y minerales.
Entre las principales zonas beneficiadas se encuentran la
subcuenca del río Naranjo, un afluente del río Cauto, el más importante del
país, sitio en el que se laboró para acrecentar y proteger las fajas hidrorreguladoras.
Francisco Pérez, especialista de la Delegación Provincial
del Ministerio de la Agricultura (MINAG), dijo a la AIN que en la provincia
existe un polígono experimental con resultados muy alentadores, y que a partir
de 2014 comenzará la creación de unidades de este tipo en los ocho municipios
del territorio.
Más del 80 por ciento de los suelos de la provincia
presentan degradación, sobre todo por las malas prácticas agropecuarias, lo
cual ha provocado factores limitantes como la poca profundidad efectiva, la
erosión, el mal drenaje, la salinización y la compactación.
El experto explicó que los suelos de Las Tunas no tienen una
alta categoría productiva por naturaleza, sin embargo su calidad ha mermado más
por los incendios, la quema de restos de cosechas, la falta de rotación de
cultivos, la deforestación y el abuso de maquinarias.
Pérez agregó que estas acciones aumentaron con la
incorporación de nuevos productores acogidos al Decreto- Ley 300 para la
actividad agrícola como usufructuarios, por lo que una de las prioridades del
programa es la capacitación y asesoría.
El funcionario aseveró que el MINAG legisló en 1993 un
decreto sobre el uso y conservación de suelos, que constituye un estímulo para
esta actividad.
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