A la hora del análisis integral,
opinan los especialistas del Grupo Azucarero (Azcuba), hay tres elementos que
pesaron en el crudo dejado de fabricar: deficiente planificación, mala
organización en el sistema y falta de seguimiento en la etapa de reparaciones.
Las direcciones de los centrales
azucareros y las de plantas industriales en empresas definitorias de Las Tunas
y Granma —por citar dos ejemplos— tienen, ante sí, el reto de perfeccionar su
trabajo y que durante el proceso de "todo listo", las cosas se hagan
como declaran en la fase preparatoria.
Ubicada en los meses más
favorables para su desarrollo, esta producción, aunque mantuvo la calidad de su
azúcar, no puede darse el lujo de perder en la industria más del 20 % del
tiempo. Desde ahora hasta lo que resta para el pitazo inicial, es urgente
asegurar estabilidad en la dirección, elevar la calificación del personal,
incluidos jefes de colectivos, mecánicos y operadores, para acabar con el
manejo improvisado de la maquinaria y las "heridas" que esto abre en la
eficiencia.
Por el trabajo agrícola y las
medidas adoptadas, la caña debe continuar su ascenso y, por lógica, la
industria prepararse para recibir y procesar ese aumento con un bajo índice de
roturas e interrupciones operativas
Si esto se garantiza habrá un
sustancial avance en la disciplina y en el cumplimiento de la política de
mantenimiento en equipos ya con varias décadas de explotación, y que requieren
preferencia.
Dentro de muy poco el
alistamiento de los ingenios tomará su mayor intensidad y solo el rigor y la
exigencia en el calendario de arrancada, harán posible revertir la situación de
los últimos años, dejar atrás los incumplimientos e iniciar una nueva y más
prometedora etapa.
Con reiteración centrales y
provincias anunciaron en la campaña 2012-2013 tener listos los recursos que
hacían falta para un puntual comienzo, pero después, salvo excepciones, estos
no llegaron a tiempo y las justificaciones sobraron.
En estas reparaciones, según
afirman los azucareros y sus cuadros, se perfilan los mecanismos capaces de
agilizar la transportación y entrega en la base de los suministros planificados
para cada central. Las Tunas, Holguín y Granma son de los territorios obligados
a buscar, desde temprano, las causas de las entidades encargadas de los atrasos
en el trasiego, para que el costoso balance de la zafra anterior, no se repita.
En este programa faltó
conciliación y seguimiento entre las empresas, unidades, y las sucursales de la
Empresa de Logística, Azumat, encargadas de la distribución y transportación de
materiales.
La demora mayor se localizó en
insumos claves como las chumaceras de bronce, a lo cual se sumó la pobre
calidad de la fundición realizada en el central Antonio Guiteras, caracterizado
por su alto nivel productivo nacional y el máximo portador azucarero de Las
Tunas.
El país requiere moler la caña
estimada, y que cumplir el plan y la eficiencia en los centrales influyentes
por su norma potencial, sean la regla, no la excepción.
En la zafra, lo afirman los
azucareros más experimentados, no hay tarea pequeña, todos los puestos son
claves.
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